¿Qué es exactamente el metaverso?
Seguramente hayas escuchado este término últimamente en diferentes ámbitos y cómo se está posicionando el metaverso como la tecnología del futuro. Sin embargo, es posible que no conozcas cómo el metaverso afectará al futuro, las posibilidades que ofrece y cómo las empresas quieren utilizarlo. Además, es un hecho que las empresas están invirtiendo cada vez más en tecnología.
En primer lugar, el metaverso se define como un conjunto de mundos interconectados y experienciales que abarcan el reino digital y el reino físico, una iteración multisensorial emergente de la web. Por lo tanto, es un mundo virtual al que nos conectaremos usando una serie de dispositivos que nos harán pensar que realmente estamos físicamente dentro de él. Es como teletransportarse a un mundo nuevo a través de las gafas de realidad virtual y otros dispositivos que nos permitirán interactuar en él.
Otra parte fundamental será cómo el metaverso cambiará nuestra forma de entender y llevar a cabo nuestra forma de consumir. Será una nueva realidad virtual en la que nuestras compras y las interacciones con las empresas serán totalmente diferentes. En este sentido, falta saber cómo y hasta qué punto podrán obtener información sobre nosotros para proporcionarnos experiencias de cliente más personalizadas.
La clave es que el metaverso será una tecnología del futuro totalmente inmersiva, en la que habrá sensores y otros dispositivos que registren nuestros movimientos físicos. Por ello, la realidad virtual y la realidad aumentada tendrán tanta importancia.
Se está posicionando como la frontera de la próxima etapa de la evolución de Internet. Por ello, gigantes tecnológicos y líderes como Bill Gates hablan a menudo de su creciente popularidad y del efecto transformador que tendrá el metaverso en nuestras vidas.
El metaverso y la tecnología
El metaverso juega en el campo de la tecnología, por lo que ha causado un gran impacto en 2021. El revuelo creado por este mundo virtual y futurista se ha visto impulsado por la adopción por parte de las grandes empresas tecnológicas.
Un ejemplo de esta situación es Facebook, que en octubre de 2021 se rebautizó como Meta, reflejando su interés por el metaverso como un mundo virtual en el que las interacciones entre humanos son posibles a través de avatares digitales.
Estos avatares se controlan mediante gafas y auriculares de realidad virtual (RV) como Oculus. Por cierto, las ventas de los Oculus Quest 2 de Meta superaron a las de la consola de videojuegos Xbox de Microsoft en 2021, lo que demuestra el interés de los consumidores por esta nueva tecnología.
Otros gigantes tecnológicos, como Apple, Google y Microsoft, también están siguiendo los pasos de Meta al desarrollar sus propias gafas y auriculares de RV. Este hecho se trata de un gran hito para el metaverso, ya que a medida que más empresas tecnológicas adopten esta tecnología, más aumentarán las posibilidades de que el metaverso se convierta en una tecnología omnipresente.
El gigante de los chips, Nvidia, también se ha sumergido en la tecnología metaversa a través de sus conjuntos de chips, que ya están implantados en diversos ordenadores y servidores centralizados. Aclamado como uno de los mejores valores de semiconductores a largo plazo, Nvidia se beneficiará de las aplicaciones propias del metaverso. Aunque su compra pendiente de ARM Holdings aún no está clara, si se materializa, Nvidia podrá construir un ecosistema integral para impulsar la potencia de cálculo en las aplicaciones que soportan el metaverso.
¿Cuál puede llegar a ser el futuro del metaverso?
Por lo que sabemos de momento, el metaverso puede llegar a ofrecer las mismas oportunidades que el mundo físico real. Por lo tanto, sería posible crear nuestros propios negocios (comprar ropa virtual, ir a tiendas virtuales físicas…) y tener reuniones de trabajo en una oficina virtual. Otro aspecto es que el metaverso también podría tener su propia economía.
En 2022, grandes empresas tecnológicas como Apple, Cisco e Intel han adoptado la denominada tecnología metaversa. Por ello, están bien posicionadas para recibir los beneficios de una mayor demanda de chips semiconductores, procesadores y servicios en la nube.
Además, la expansión de los token no fungibles (NFT) y las finanzas descentralizadas ha demostrado que la tecnología blockchain tiene aplicaciones ilimitadas. Como consecuencia, las empresas de blockchain y las bolsas de criptomonedas ya están recaudando capital para expandirse en este plano tecnológico emergente. Un ejemplo de esto es la bolsa de criptomonedas de los gemelos Winklevoss, Gemini, cerró una ronda de financiación de crecimiento de capital de 400 millones de dólares en noviembre de 2021, con planes para ampliar los servicios de la bolsa en múltiples metaversos en 2022.
Viendo este contexto, el futuro parece muy prometedor para el metaverso. Las previsiones de GlobalData revelan que las acciones estadounidenses de gran capitalización aumentarán en 2022, en medio de mayores inversiones en tecnologías como el metaverso, las criptomonedas y la Web 3.0. Por lo tanto, participar en el ecosistema del metaverso es un movimiento que varias empresas ya están realizando, con miras al potencial que pueda tener el metaverso como tecnología del futuro.
¿Invertir en el metaverso?
Hay muchas formas de hacer trading con el metaverso: comprando acciones relacionadas, negociando criptodivisas o negociando con ETFs. Una forma de negociar con el metaverso es a través de acciones relevantes. Para ello, una opción es adquirir CFDs de criptomonedas para negociar con empresas líderes, como Facebook (ahora Meta), Nvidia y Disney, que han invertido miles de millones en tecnología metaversa.
Otro ejemplo es la empresa Plus500, que sacó una nueva plataforma de negociación de acciones, que permite a los inversores negociar con una amplia gama de activos, incluidos los fondos cotizados en las principales bolsas. A través de esta plataforma, los operadores pueden invertir en las principales empresas del mundo que se adentrarán en el metaverso con esperanza de que se convierta en la tecnología del futuro.
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